
Innovación tecnológica para detectar y mitigar el hundimiento en la Ciudad de México
Imágenes satelitales y materiales geosintéticos avanzados ayudarán a controlar el hundimiento en zonas clave de la ciudad
La Ciudad de México, una de las principales urbes de América Latina, enfrenta un desafío creciente que amenaza su infraestructura y calidad de vida: el hundimiento del suelo. Este fenómeno, conocido como subsidencia, ha alcanzado un ritmo alarmante de hasta 50 centímetros por año en algunas áreas. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (Inegi), la subsidencia es el hundimiento gradual de la superficie del terreno, un proceso que puede generar agrietamientos y deformaciones en el suelo, con consecuencias devastadoras para las edificaciones y la estabilidad urbana.
El hundimiento de la Ciudad de México tiene sus raíces en su propia fundación. La ciudad fue construida sobre lo que alguna vez fue el Lago de Texcoco, un terreno compuesto por sedimentos suaves que no brindan una base sólida para las construcciones. Esto, combinado con la continua extracción de agua del subsuelo, ha agravado el problema. Esta constante pérdida de agua en el terreno ha acelerado el hundimiento, que varía en magnitud según el tipo de sedimento presente en diferentes zonas de la ciudad.
El Inegi, consciente de la magnitud del problema, ha comenzado a utilizar tecnología avanzada para mapear y entender con precisión el fenómeno. A través del uso de imágenes satelitales, se pueden detectar los desplazamientos milimétricos del suelo. La técnica más empleada es la interferometría SAR (Synthetic Aperture Radar), que compara imágenes tomadas por satélites para identificar pequeños cambios en la superficie. Estos datos, obtenidos de satélites como el Sentinel-1, forman parte del programa europeo Copernicus y se procesan mediante software libre, como SNAP y StaMPS, desarrollados por la Agencia Espacial Europea (ESA).
Este enfoque tecnológico ha permitido obtener una visión detallada de cómo y dónde ocurre el hundimiento en la Ciudad de México, contribuyendo a la creación de estrategias para mitigar sus efectos.
Ante la amenaza que representa el hundimiento, la ingeniería civil ha buscado soluciones para garantizar la estabilidad de las nuevas infraestructuras urbanas. Una de las alternativas más prometedoras se basa en el uso de geosintéticos, materiales sintéticos diseñados específicamente para interactuar con el suelo y mejorar la estabilidad de las estructuras. Un ejemplo claro de esta solución es la implementada en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
La empresa ACE Geosynthetics ha desarrollado un sistema innovador que utiliza una combinación de geotextiles y geomallas para combatir la subsidencia. El geotextil ACETex se utiliza para separar el estrato superficial débil del subsuelo más firme, mientras que las geomallas ACEGrid refuerzan y estabilizan la base, distribuyendo de manera más equilibrada las cargas de los edificios. Este sistema de refuerzo estructural minimiza los efectos del hundimiento y prolonga la vida útil de las construcciones.
El hundimiento de la Ciudad de México es un fenómeno complejo que requiere soluciones integrales y sostenibles. El uso de tecnologías avanzadas, como la interferometría SAR y los geosintéticos, está ayudando a detectar y mitigar este problema de manera más eficiente. Sin embargo, es crucial continuar desarrollando y aplicando estas innovaciones para proteger la infraestructura de la ciudad y garantizar un futuro más seguro para sus habitantes.
La colaboración entre ciencia, tecnología e ingeniería podría ser clave para frenar el hundimiento y transformar a la Ciudad de México en un ejemplo de resiliencia urbana frente a desafíos geológicos.