Puebla

Falta de modernización en plantas tratadoras obstaculiza la recuperación del río Atoyac

Agua de Puebla opera con tecnología inadecuada, comprometiendo la calidad del agua y el bienestar de la comunidad

En el estado de Puebla, la mayoría de las plantas tratadoras de aguas residuales operan por debajo de los estándares requeridos, lo que impide un saneamiento efectivo del río Atoyac. De las 149 plantas distribuidas en la entidad, solo unas cuantas funcionan de forma eficiente, mientras que el resto presenta fallas técnicas, infraestructura obsoleta o capacidad insuficiente.

La empresa concesionaria Agua de Puebla enfrenta severas críticas debido al estado de sus instalaciones. Actualmente, sus plantas solo aplican un tratamiento primario, el cual se limita a eliminar contaminantes visibles, como residuos sólidos o materia orgánica suspendida. Esto resulta insuficiente, ya que no se remueven contaminantes disueltos como metales pesados y compuestos químicos, lo que impide que el agua tratada cumpla con las normativas ambientales.

Expertos en gestión hídrica han advertido que sin una transición urgente hacia tratamientos secundarios y terciarios, es imposible alcanzar un nivel de purificación que permita una recuperación real del afluente. Se estima que el tratamiento actual solo reduce en un 50% los contaminantes, mientras que con una infraestructura adecuada se podría alcanzar una eficiencia de hasta el 90%.

En particular, la planta ubicada en San Martín podría ampliar su capacidad si se moderniza, permitiendo tratar mayores volúmenes de agua y contribuyendo de forma significativa al saneamiento del río.

Autoridades locales también han señalado que la actualización tecnológica de las plantas no solo mejoraría la calidad del agua vertida, sino que impulsaría a las industrias a asumir un mayor compromiso con el tratamiento de sus propios desechos, reduciendo así la presión sobre los mantos acuíferos y promoviendo el uso responsable del agua.

A pesar de que las plantas tratadoras instaladas podrían procesar más de 4,200 litros por segundo, la cantidad de aguas residuales descargadas al río ronda los 4,190 litros por segundo. Esto indica que si las instalaciones operaran al 100%, sería posible una mejora significativa en la salud del Atoyac. Sin embargo, el reto más apremiante es mejorar la eficiencia operativa, ya que solo dos plantas funcionan actualmente de forma óptima.

En el sector privado, también se detectaron irregularidades. Muchas industrias cuentan con sistemas propios de tratamiento, pero estos no siempre están en funcionamiento continuo. Se ha documentado que en numerosos casos, las plantas solo operan durante inspecciones oficiales, lo que contribuye de forma directa a la contaminación del río.

Finalmente, especialistas han recalcado la necesidad de contar con personal capacitado para operar adecuadamente estas plantas. La falta de formación técnica y una gestión deficiente del recurso hídrico agravan la ineficiencia del sistema, afectando no solo el medio ambiente, sino también el suministro de agua potable en zonas urbanas.