
Estados Unidos eleva aranceles a productos chinos hasta el 145%
Washington intensifica su ofensiva económica contra Pekín mientras se agudiza la tensión bilateral
La relación comercial entre Estados Unidos y China vuelve a tensarse con fuerza tras el anuncio de un aumento drástico en los aranceles impuestos por Washington a los productos provenientes del gigante asiático. Según un decreto firmado recientemente, el presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó una nueva alza arancelaria del 125 %, que, sumada a un gravamen anterior del 20 % aplicado por motivos vinculados al combate del tráfico de fentanilo, eleva el total hasta un imponente 145 %.
Estas medidas forman parte de una estrategia más agresiva por parte del gobierno estadounidense, que ha decidido centrar su política comercial en frenar lo que considera prácticas desleales por parte de China. Desde la Casa Blanca se argumenta que la reacción obedece a una serie de recientes desencuentros con Pekín, que incluyen desde temas económicos hasta acusaciones de sabotaje a las normas internacionales del comercio.
A mediados de semana, Trump anunció una serie de aranceles recíprocos, en los que el principal afectado fue China, que recibió una carga impositiva del 34 %. La reacción del gobierno asiático no se hizo esperar: en una respuesta simétrica, anunció que aplicaría ese mismo porcentaje a todas las importaciones estadounidenses a partir del 10 de abril.
Lejos de buscar un punto medio, el mandatario norteamericano elevó aún más la tensión el lunes al advertir que no descartaba subir nuevamente las tarifas, esta vez hasta el 104 %, si China no daba marcha atrás en sus contramedidas. La respuesta china llegó apenas dos días después, con la confirmación de un nuevo incremento en sus propias tarifas, alcanzando un 84 % sobre bienes estadounidenses.
Desde el entorno del presidente, se señala que estas decisiones buscan enviar un mensaje claro a Pekín, al que se acusa de actuar de manera irresponsable en el escenario global. Fuentes de la administración aseguran que el gobierno chino no ha mostrado disposición al diálogo y que sus acciones reflejan una postura que, según Washington, ignora las reglas básicas de competencia leal.
Además, el nuevo decreto presidencial especifica que algunas tarifas impuestas a otros países quedarán suspendidas de forma temporal. Analistas interpretan esta decisión como un movimiento estratégico destinado a centrar todos los recursos diplomáticos y comerciales en el enfrentamiento con China, al que la Casa Blanca considera prioritario en su agenda económica.