
Movimiento Ciudadano pierde fuerza en Puebla
La dirigencia de MC ha fallado en articular una estrategia de contención efectiva
Lo que alguna vez fue una promesa de renovación política en Puebla hoy se encuentra en plena caída libre. Movimiento Ciudadano (MC), que en 2021 logró gobernar 15 municipios en el estado, hoy apenas conserva siete. La disminución no sólo es cuantitativa, sino también un reflejo del desgaste estructural y moral que atraviesa el partido.
Desde 2021, el proyecto político de MC ha sufrido golpes severos que lo han dejado fracturado. Entre estos destacan la detención de dos de sus alcaldes más visibles —los hermanos Uruviel y Giovanni González Vieyra, de Ciudad Serdán y Tlachichuca, respectivamente— y la fuga del edil de San Nicolás Buenos Aires, Ramiro González Vieyra. Estos tres personajes representaban núcleos de poder clave para el partido a nivel municipal. Su caída evidenció no solo una red de influencia débil, sino una operación política sostenida en liderazgos personalistas con prácticas opacas.
Frente a la crisis, el Congreso del Estado intervino directamente en los municipios afectados. Con la destitución de los cabildos y la instalación de Concejos Municipales, se buscó recuperar la gobernabilidad en territorios marcados por el vacío de poder. Aunque esta decisión fue duramente cuestionada por la dirigencia estatal de MC, las autoridades consideraron que la situación se había tornado insostenible.
Fedrha Suriano Corrales, actual dirigente estatal, ha buscado desvincular al partido de estos hechos, posicionándose como una voz institucional ante los señalamientos. No obstante, sus esfuerzos no han sido suficientes para frenar la desbandada interna. Durante la crisis de Tlachichuca, por ejemplo, regidores del partido abandonaron sus cargos, mostrando un aparato político debilitado y carente de cohesión.
Bajo la conducción de Suriano, Movimiento Ciudadano no ha logrado articular una respuesta efectiva ante la pérdida de control político. Las bases territoriales se han erosionado, y la dirigencia ha fallado en reconstruir una narrativa sólida que mantenga la unidad partidaria. En consecuencia, MC se ha replegado a una mínima expresión, conservando apenas el control de siete municipios en un estado que cuenta con 217.
A menos de un año de las próximas elecciones locales, la situación del partido es crítica. Si no logra una reestructuración profunda y urgente, su desaparición del mapa político de Puebla podría concretarse. La idea original de ser una alternativa fresca frente a los partidos tradicionales ha quedado sepultada bajo los escándalos, el debilitamiento institucional y el alejamiento de sus principios iniciales.