
EE.UU. desplegará segundo buque de guerra en su frontera sur
Los destructores de misiles guiados refuerzan las capacidades de interdicción de drogas en aguas internacionales
La Armada de Estados Unidos desplegará un segundo buque de guerra en las cercanías de la frontera sur del país, en lo que se anticipa como una medida adicional para reforzar la seguridad en la región. Fuentes del Gobierno estadounidense informaron que el anuncio oficial sobre este despliegue podría realizarse a finales de esta semana.
El nuevo barco, un destructor de misiles guiados, se unirá al USS Gravely, que desde el pasado fin de semana ya se encontraba patrullando la zona bajo el mando del Comando Norte de los Estados Unidos. Este tipo de despliegue simultáneo de dos buques de guerra en la región es considerado poco habitual, lo que resalta el énfasis que la administración de Donald Trump está poniendo en intensificar la presencia militar en la frontera sur.
El USS Gravely, uno de los destructores más avanzados de la Marina de EE.UU., fue previamente utilizado para operaciones en el mar Rojo, donde desempeñó un papel crucial en la defensa contra los ataques de los hutíes. Sin embargo, en esta ocasión, se centrará en patrullar las aguas cercanas a la frontera de EE.UU. y México, con el objetivo de colaborar con la Guardia Costera en la lucha contra el narcotráfico y otros ilícitos marítimos.
Según el comunicado de la Guardia Costera de los Estados Unidos, el despliegue de los dos buques se enmarca dentro de las operaciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), con el fin de mejorar las capacidades de interdicción de drogas en la región.
Este movimiento se da en medio de crecientes tensiones diplomáticas, después de que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmara que el USS Gravely se encontraba en aguas internacionales. La mandataria aclaró que el Gobierno de Estados Unidos había notificado con antelación el despliegue del destructor, cuya misión es la vigilancia de las rutas de tráfico ilícito en el Golfo de México, sin cruzar las aguas territoriales mexicanas.
El despliegue de este segundo buque de guerra refuerza la creciente colaboración entre las fuerzas militares y de seguridad de EE.UU. y México en el combate al narcotráfico, aunque también subraya el enfoque más militarizado que ha tomado la administración estadounidense en la zona fronteriza.