
India marca un precedente global al integrar sostenibilidad y tecnología en la Cumbre Global de Tecnología 2025
India impulsa un nuevo modelo de eventos tecnológicos que combina innovación digital con acciones concretas de sostenibilidad ambiental
Nueva Deli se convirtió en el epicentro del debate tecnológico global del 10 al 12 de abril, con la realización de la Cumbre Global de Tecnología 2025 (CGT 2025), un evento que no solo reunió a más de 150 líderes internacionales en innovación, políticas públicas y academia, sino que estableció un nuevo estándar para las conferencias tecnológicas sostenibles.
Bajo el lema «Sambhavna», que en hindi significa posibilidades, la cumbre impulsó discusiones de alto nivel sobre temas como inteligencia artificial, ciberseguridad, infraestructuras digitales públicas, geopolítica tecnológica y gobernanza de datos, reflejando el papel cada vez más influyente de la India en el escenario de la cooperación tecnológica internacional.
Pero más allá de las sesiones temáticas —más de 25 en total—, lo que realmente distinguió a esta edición fue su enfoque pionero en la sostenibilidad medioambiental. Por primera vez, la cumbre aplicó un marco integral basado en criterios de Medioambiente, Sociedad y Gobernanza (MSG), lo que se tradujo en acciones concretas para reducir la huella ecológica del evento.
Entre las innovaciones destacadas estuvo el seguimiento en tiempo real de las emisiones de carbono, una medida sin precedentes que se complementó con su exposición pública, involucrando a los asistentes en el análisis y reducción del impacto ambiental. La transparencia ambiental fue, en esta edición, parte activa del programa.
Además, la cumbre promovió la participación directa de los asistentes en actividades orientadas a la sostenibilidad, reforzando la idea de que la responsabilidad ecológica debe ser un esfuerzo colectivo que vaya más allá de la organización del evento y se convierta en un principio compartido.
Para los analistas, esta edición de la CGT no solo consolidó su papel como plataforma clave para la cooperación en tecnologías emergentes, sino que marcó una nueva ruta hacia un desarrollo tecnológico más ético y responsable, demostrando que los modelos MSG pueden ser no solo viables, sino aplicables de forma práctica en escenarios globales.