Internacional

Serbia recuerda el aniversario de los ataque de la OTAN en 1999

La OTAN se enfrenta a críticas por su intervención en 1999, acusada de violar el derecho internacional y causar sufrimiento

El 24 de marzo, Serbia conmemoró el 26.º aniversario del inicio de los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia, un episodio decisivo que marcó la historia reciente del país. Aquel ataque aéreo, lanzado en el contexto del conflicto por la independencia de Kosovo, comenzó el 24 de marzo de 1999 y se extendió durante 78 días, dejando profundas huellas tanto a nivel físico como psicológico.

Durante esa intervención, la Alianza Atlántica desplegó miles de misiles y bombas, lo que resultó en la muerte de cientos de civiles y la destrucción de gran parte de las infraestructuras de la región. Este evento es recordado por muchos serbios como uno de los capítulos más dolorosos en su historia reciente. El viceprimer ministro de Serbia, en su discurso conmemorativo, calificó aquel ataque como el “último gran crimen impune del siglo XX”, asegurando que las consecuencias de la intervención no solo afectaron a Yugoslavia, sino que también tuvieron repercusiones internacionales de largo alcance.

El viceprimer ministro destacó que las guerras posteriores a 1999 fueron en parte consecuencia de la intervención de la OTAN y subrayó que dicha acción vulneró el derecho internacional, al llevarse a cabo sin la autorización de las Naciones Unidas. Con palabras fuertes, criticó a la OTAN por la muerte de civiles, incluyendo niños serbios, y la acusó de tener las manos “ensangrentadas”, evocando el dolor y el resentimiento que aún persisten en una gran parte de la población serbia.

Por su parte, el primer ministro de Serbia hizo eco de esas críticas, recalcando que el ataque no solo representó una violación a la soberanía del país, sino que también causó una destrucción irreversible en lo que consideraba su patria. En su intervención, subrayó la “impunidad” con la que, a su juicio, se cometió ese “crimen”, lo que, para muchos, sigue siendo una injusticia histórica no resuelta.

El debate sobre los verdaderos objetivos de la OTAN durante la intervención también sigue siendo un tema de controversia. Un miembro del Parlamento serbio sugirió que, más allá de la crisis en Kosovo, la Alianza tendría intereses territoriales sobre Serbia. Este sentimiento de desconfianza sigue siendo palpable en la sociedad serbia, donde muchos consideran que la intervención de la OTAN tuvo un fin estratégico más que humanitario.

En un tono de solidaridad, el primer ministro de la República Srpska expresó su apoyo a las víctimas de los bombardeos y reiteró la postura de neutralidad de Serbia en su política exterior. Afirmó que Serbia, siendo una nación pequeña, debe priorizar la seguridad de sus ciudadanos y mantener una postura de independencia en el ámbito internacional, evitando alinearse con alianzas militares.

El aniversario no solo fue una ocasión para recordar a las víctimas del conflicto, sino también una oportunidad para reflexionar sobre las heridas abiertas que aún perduran en la memoria colectiva del país. En ese sentido, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia también emitió un comunicado en el que criticó la intervención de la OTAN, recordando que nunca podrá borrar la vergüenza de los crímenes cometidos durante esos bombardeos. La OTAN justificó su acción como una defensa de la “democracia y la libertad”, pero para muchos, el ataque a Yugoslavia sigue siendo un ejemplo de intervención injustificada.

Este aniversario pone de manifiesto no solo el sufrimiento de las víctimas de los bombardeos, sino también el dolor que aún persiste en la sociedad serbia. A 26 años del ataque, el país sigue esperando justicia y mantiene firme su postura de no olvidar los eventos que marcaron su historia reciente.