
Telecomunicaciones en México: ¿Por qué la tecnología satelital es clave para reducir costos?
La infraestructura satelital reduce costos, mejorando la conectividad en áreas difíciles de alcanzar en México
En México, la industria de telecomunicaciones enfrenta uno de sus mayores desafíos: los altos costos asociados al despliegue de infraestructura. Las empresas que operan en este sector deben lidiar con una topografía diversa, que incluye montañas y selvas, lo que complica y encarece la instalación de redes físicas. Sin embargo, una solución innovadora se está perfilando en el horizonte: la tecnología satelital.
El director de la consultora The Competitive Intelligence Unit (The Ciu), Ernesto Piedras, explicó que, en México, existe una notable sobreoferta de red satelital. A pesar de que la capacidad disponible es extensa, actualmente solo se utiliza una pequeña fracción de ella, alrededor del 10%. Esta situación refleja un escenario en el que la infraestructura satelital está infrautilizada, a pesar de las necesidades crecientes de conectividad en el país.
La falta de aprovechamiento de la capacidad satelital disponible se presenta como una oportunidad sin explotar. Mientras las empresas de telecomunicaciones luchan por desplegar redes terrestres que enfrentan obstáculos geográficos, los satélites emergen como una alternativa atractiva. La instalación de infraestructura física, especialmente en las zonas más difíciles de alcanzar, resulta mucho más cara en México que en otras regiones como el norte de América o Europa, debido precisamente a la complejidad del terreno mexicano. En este contexto, los satélites ofrecen una vía para superar esas limitaciones y reducir significativamente los costos.
El impacto potencial de la tecnología satelital no pasa desapercibido para los expertos en telecomunicaciones. Alejandro Prince, director de la consultora Prince, destacó que, aunque las inversiones iniciales para el despliegue satelital son altas, los costos a mediano y largo plazo serían considerablemente menores comparados con los que se derivan de la infraestructura física. Este enfoque satelital podría transformar la manera en que los servicios de telecomunicaciones son ofrecidos, proporcionando soluciones más rápidas, eficientes y especializadas.
Además, el gobierno mexicano, bajo la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, ha comenzado a mostrar un interés renovado por el uso del espacio como una herramienta para mejorar las telecomunicaciones. En línea con esta visión, la Agencia Espacial Mexicana (AEM) planea el lanzamiento de un nanosatélite este año, con el objetivo de monitorear los volcanes activos del país, especialmente el Popocatépetl. Este proyecto refleja el creciente interés por parte del gobierno en desarrollar capacidades satelitales propias.
Este enfoque gubernamental podría abrir las puertas a la creación de un satélite mexicano específicamente dedicado a mejorar las telecomunicaciones en el país. Ernesto Piedras sugirió que, mediante una colaboración entre el gobierno y la iniciativa privada, se podría lanzar un satélite que no solo potencie la industria de telecomunicaciones, sino que también ofrezca oportunidades para innovar y crear nuevos servicios. La posibilidad de contar con un satélite mexicano no solo beneficiaría a las empresas que operan en el sector, sino que podría transformar la conectividad en todo el país, particularmente en áreas donde el acceso a redes terrestres sigue siendo limitado.
Mientras el despliegue físico de infraestructura en México sigue siendo costoso y complicado debido a la geografía, la tecnología satelital representa una alternativa viable para reducir costos y expandir la cobertura en todo el país. Con el interés del gobierno y la colaboración con el sector privado, México podría estar a las puertas de una nueva era en telecomunicaciones, impulsada por el potencial de los satélites.